domingo, 4 de julio de 2010

La Ambigüedad de los actos cotidianos 10-2010

Me pareció ver un pinche gatito…



Estaba sentado echando fiaca, botado como botarga navideña en pleno verano, adormilado en una banca de parque hundido, (si ya sé que soy osado, y más porque eran como las tres de la tarde; cualquiera diría que quería que me asaltarán o violarán o algo parecido, pero pensé: la moda, la moda es escabecharse a candidatos a gobernadores o alcaldes o ex mandos policiacos, y como no soy ni uno ni lo otro, pues ahí estaba tirado como en los buenos tiempos de la Mafafa); cuando escuche, naturalmente sin querer, unas buenas samaritanas diciendo: ¡Qué horror de caricaturas hay hoy en día…! Dibujos horrorosos, deformes, sin chiste…. ¡Pobres de los niños…! Sí, para caricaturas las de antaño…

¿Cuántas veces he oído eso? De verdad no se tragan eso de “Tiempo pasado fue mejor” ¿Verdad? ¿¿Verdad??.
No pues debe ser, tenían mejor argumento y temática, originales sobre todo, por ejemplo esa donde un personaje quería comerse a otro más pequeño y débil y lo perseguía toda la pinche caricatura, con el mismo resultado: se daba madrazos solo y el débil, pero más inteligente, salía victorioso… ¿De cuál estamos hablando? Ni idea, porque simplemente todas eran igualitas. Ahí tienes al pendejo de Silvestre tratando de comerse al Piolín, mendigo pájaro cabezón desgraciado, ¿a poco no con ganas de que por una vez, solo una vez el Silvestre le partiera su madre? O el pobre Willy coyote, no chinguen solo se quería comer al dizque Correcaminos, porque si no nos dicen que era todos hubiéramos pensado que era una avestruz drogada que salía corriendo en chinga sacando la lengua diciendo incoherencias. ¿O no les cagaba el pinche gritito ese de Yepa Yepa? Odioso ratón pulgoso, se robaba la comida, esparcía su peste bubónica y sus heces fecales por las fabricas fronterizas y para colmo le daba tremenda madriza al Silvestre (Qué era el patiño de ese entonces, todos, pero todos le daban su “estate quieto”) Resultaba que las ratas eran los héroes de la película papá (Y eso que no habia Gober Preciosos en esos entonces). Eso sí, nadie se quejaba como ahora, que eran mala influencia para los niños, que si Bob Esponja los va a hacer putos, que si la Vaca y el Pollito te dan un mensaje subliminal (Por aquello de las tetas de la vaca maricona esa), o que por culpa de los Niños del Barrio unos escuincles terminaron violando o acribillando a sus compañeritas; No, la verdad no se andaban con esas jaladas, o no sé a lo mejor no éramos tan influenciables como ahora; por lo menos no recuerdo algún chamaco pendejo que agarrara una rata apestosa y le dijera Yepa Yepa.
Pero las caricaturas de antes tenían sus cositas, por ejemplo el buen Popeye, mendigo pelón feo y vicioso (la pinche pipa no se la quitaba ni para ir a cagar), y a parte pendejo, ¿Qué chingaos le veía a la anoréxica de Oliva? Vieja gacha además, lo mismo le daba enseñarle las nalgas al osado marinero varado que al buey de Bluto, que no jodan, cuando se iba con el malo del cuento y éste se daba cuenta que solo le iba a dar a oler el calzón ¡Órale! El Bluto a meter mano y es cuando la fideo de dedicaba a gritar como loca lunática y ahí iba la bestia del Popeye a “rescatarla” ¿De qué chingaos? Si se había ido de nalgas prontas, hubiera llegado a decirle: “Ándale pendeja, para que no andes calentando el boiler sin bañarte” Y que se diera la media vuelta como José Alfredo Jimenez.
No pero para caricaturas sublimes la horda de los Animes, que en ese entonces nadie los llamaba así, solo sabíamos que eran caricaturas japonesas, que todos tenían los ojos grandotes (por aquello dizque el trauma de los japonesitos), cabezones y que iban a ser o de madrazos o de moco y baba; ahí tenias a la Heidi alborotándoselo al pobre de Pedro, al Remy ese, que no entiendo como no se suicido a mitad de la serie; a la calenturienta de Candy con su “Antonie”, vieja payasa bien que se lo quería tirar y hablándole como niña de cinco años. Pero háganse a un lado, háganse a un lado que llegó la machina, de todas las machinas: Mazinger, misógina a más no poder, miren bien, Koji Kabuto con su robot le partía su mandarina en gajos a cuanto monstruo mecánico se le parará en frente; Sayaka, la chica de la historia, siempre andaba en el suelo toda madreada con todo y robot; Mazinger tenía armas por todos lados, hasta un enorme cohete fálico que le salía del cinturón (Por eso les digo háganse a un lado), Afrodita, tenía solo un arma: sí, sí, sus evenflas voladoras, si así como lo oyen, sus tetas se volvían cohetes y ¡madres! Pero, ojo solo servían para distraer al enemigo, llegaba el precoz chamaco a repartir fierrazos y se acabo el asunto, ¿Así o más machín? Eso sí, había una historia romántica escondida en esa belicosa serie. Boss, el robot más jodido y mal hecho de la historia, sin armas, sin tecnología, manejado por un gordo feo y medio buey también llamado Boss era el mensaje subliminal del asunto, a este se lo madreaban, lo tiraban, lo rompían y se levantaba, era un perdedor y se levantaba, porque sí, por amor chinga. El Boss estaba enamorado de Sayaka, que a su vez estaba enamorada de Koji que a su vez la maltrataba y ella a su vez maltraba a Boss. A huevo, que pinche Crepúsculo y ni que mis merengues.
La cosa es que realmente no podemos hablar de buenos, ni malos tiempos en nada, ni siquiera en algo tan cotidiano como unas simples caricaturas.









Pero a mí nadie me engaña: EL Guille le sopla la nuca al Aguirre.

jueves, 17 de junio de 2010

La Ambigüedad de los Actos Cotidianos 4-10

¡Los Tamales salen pintos!


Contrariamente a lo que pudiera pensarse no estaba con mi amigo el que tiene cara de jamelgo en cinta sino con el Ex Stripper; un buen mozo cerca de los 40, moreno, alto, pelo negro encrespado, cara de licaon en brama (O sea perro salvaje lujurioso). Mi buen amigo por andar de afanoso con una dama, sea dicho de paso ya pasadita de primaveras, se clavo una grapa en el dedo cordial y comenzó con una dispersión coloidal (En otras palabras el muy wey por andar de caliente se corto el dedo medio y empezó a sangrar profusamente), curioso que las demás damiselas al ver al galán de rancho en peligro inminente de morir victima de la hemorragia trataron de salvarlo a toda costa. Para poder sanar la terrible herida no falto quien afanosa le puso, literalmente hablando, sal a la herida, con el argumento “Con esto se te para”; yo, naturalmente me aleje un poco no fuera a ser que este viagra casero tuviera ecos de jumbinas y… ¡Sopas! Te llamabas.

Ya fuera de peligro con un tono más despejado aclararon que la sal cauteriza la herida y detiene la hemorragia, en este caso la pichi gotera de sangre, habrase visto semejante deducción y acción terapéutica.

Pero México es así, somos un pueblo mezcla de tradiciones, anécdotas, misticismo y modernidad; cuantas veces no habremos escuchado, de un amigo, vecino, tío, abuela, madre, padre o un cualquier cabrón cosas como: “No muevas así al niño que se va caer la mollera” (¿A dónde se le va caer?), “No mija cuando se le cae la mollera les da diarrea”, “Con Diarrea no te puedes bañar” (Esta si debe ser, porque no creo que alcance), “Le van a curar de empacho” ( Y madres pobre chamaco le jalan el cuero de barriga sin decir agua va), “Abrígate no te vaya entrar un aire” (No quiero imaginarme por donde entra el pobre…) Pero si no hiciste caso “Te duele la espalda por que te dio un aire” (Órale por hijo desobediente), y hablando de hijos desobedientes, “No le pegues a tu madre que se te seca la mano…” (Esa la inventaron en defensa propia), “Le dio la Tifo, que se tome un té de caca de zopilote” (Esa debe ser broma…verdad… ¿verdad?), pero que me dices cuando una mujer embarazada va caminando alegremente y la ñora más chipocles: “Es niña… la panza esta redonda, si se viera picuda juera niño” ( No pues que pendejos los ginecólogos con todos sus aparatitos de ultrasonido), “ Ta chipil tu escuincle, tas esperando…” (Predictor muérete de envidia); no pero la que deberás me hace gritar de euforia es la gastronómica: “No estés enojado cuando hagas tamales, apláudele a los tamales sino te salen pintos…” ( No sé ustedes pero yo ya me orine…)

P.D. A todas las abuelas del mundo, NO, los niños no son ahora más inteligentes, si nosotros cuando éramos chiquitos no sabíamos usar computadoras, videojuegos y teléfonos celulares es porque NO los habían inventado… pos estas.